11 diciembre 2014

¿Sabes...?



Me gusta tener tu amistad, Me gusta esa sensación de saber que estás ahí, sin necesitar una confirmación permanente de que estás ahí. Sin caminar por el terreno del cumplido o la palabra no sentida.

Me gusta que nuestra amistad no precise de rituales ni costumbres, que surja desde ese lugar del que surgen las cosas vivas y frescas, las cosas que son porque tienen que ser, más allá de explicaciones, conveniencias o apariencias.

Y me gusta sentir que, habitando en terrenos diferentes, encontramos una parcela tranquila en la que podemos ser/estar/sentir, libres de juicios, consejos, opiniones, desde el respeto a la propia individualidad, desde el respeto al espacio personal.

Me divierte descubrir que, hablando el mismo idioma, en momentos elegimos diferentes dialectos, y esas elecciones no alteran en lo más mínimo la calidad del espacio y tiempo compartidos.

Y no manejo certezas, ni fechas de caducidad, no entiendo de plazos, consciente de que hay cosas que no se pueden medir.

No sé si caminaremos cerca de forma indefinida, ni si llegará un momento en que nuestros caminos tengan diferente rumbo o velocidad.

Lo único que sé es que hoy, aquí y ahora, me gusta tener tu amistad y cada día la valoro más.

Porque las cosas que surgen así no se pueden planificar, tampoco se pueden medir y mucho menos programar, son, se dan, se viven, y puedes intentar entenderlas, puedes intentar razonarlas, o puedes elegir disfrutarlas, lejos de bucles mentales y dispersión.

Hoy sé que mi realidad, mi ahora, está compuesto por momentos, por personas, por charlas compartidas, risas compartidas, incluso penas compartidas, y tú formas parte de esa realidad, así que hoy elijo darme permiso para decirte.... Gracias!

Gracias por estar ahí para mí.