11 diciembre 2014

¿Sabes...?



Me gusta tener tu amistad, Me gusta esa sensación de saber que estás ahí, sin necesitar una confirmación permanente de que estás ahí. Sin caminar por el terreno del cumplido o la palabra no sentida.

Me gusta que nuestra amistad no precise de rituales ni costumbres, que surja desde ese lugar del que surgen las cosas vivas y frescas, las cosas que son porque tienen que ser, más allá de explicaciones, conveniencias o apariencias.

Y me gusta sentir que, habitando en terrenos diferentes, encontramos una parcela tranquila en la que podemos ser/estar/sentir, libres de juicios, consejos, opiniones, desde el respeto a la propia individualidad, desde el respeto al espacio personal.

Me divierte descubrir que, hablando el mismo idioma, en momentos elegimos diferentes dialectos, y esas elecciones no alteran en lo más mínimo la calidad del espacio y tiempo compartidos.

Y no manejo certezas, ni fechas de caducidad, no entiendo de plazos, consciente de que hay cosas que no se pueden medir.

No sé si caminaremos cerca de forma indefinida, ni si llegará un momento en que nuestros caminos tengan diferente rumbo o velocidad.

Lo único que sé es que hoy, aquí y ahora, me gusta tener tu amistad y cada día la valoro más.

Porque las cosas que surgen así no se pueden planificar, tampoco se pueden medir y mucho menos programar, son, se dan, se viven, y puedes intentar entenderlas, puedes intentar razonarlas, o puedes elegir disfrutarlas, lejos de bucles mentales y dispersión.

Hoy sé que mi realidad, mi ahora, está compuesto por momentos, por personas, por charlas compartidas, risas compartidas, incluso penas compartidas, y tú formas parte de esa realidad, así que hoy elijo darme permiso para decirte.... Gracias!

Gracias por estar ahí para mí.





06 septiembre 2014

Entonces, de vuelta.








"Entonces te das cuenta que no es quien te mueve el piso, sino quien te centra. 
No es quien te roba el corazón, sino quien te hace sentir que lo tienes de vuelta".






04 septiembre 2014

Fulares







- Toma, ábrelo.
- Pero... ¿y esto?...
- Es para ti
- Pero si yo nunca uso fular
- Lo vas a necesitar
- ¿yo?
- Sí, para ocultar el chupetón que te voy a dar ahora mismo.
- jajaja, ¿en el cuello?
- Y en la teta.
- ¡miedo me das!

Por culpa de él, me aficioné...  ¡a los fu-la-res!

Desde entonces me acostumbré a usarlos. Tengo muchos muchos fulares y bufandas también. Me tientan, me gustan, y cualquier ocasión es buena para comprarme uno nuevo.
Los dejo esparcidos por cualquier sitio de casa. Te los puedes encontrar colgados del pomo de una puerta, sobre el respaldo de una silla, encima del sofá... Ah! y en el coche, en el bolso, por supuesto en mi cuello... Se distinguen fácilmente porque llevan mi perfume. 

Siempre tengo uno a mano, y es que nunca sabe una cuando los pueda necesitar. 






04 julio 2014

Regálame un día





Es como tener ese sentimiento que te sube desde dentro. Ese cosquilleo... esas veces que te puedes quedar miles de horas mirándole y no perderías el tiempo, esas veces que te hace falta y te da igual todo lo demás. Esperas poder encontrar ese día en que ninguno de los dos tenga tantas otras cosas que hacer antes, para perderse juntos entre los segundos, antes que estar con el otro sin nada en que pensar... sueñas con poderle ver cinco minutos antes de volverle a perder, y es como si necesitaras saber que él está y que existe de verdad, y te quiere a pesar de lo demás.

Tienes miedo, miedo a que olvide que lo necesitas cada día, que el tiempo que estás sin él es el tiempo sin tiempo y aunque parezca que exagero, la vida se me escapa en cada suspirar. No sé como llegó a pasar, no sé como era antes de que él llegara y sin él, no veo nada. Pero sí sé qué se siente cuando se ama.

Quiero cerrar mis ojos y soñar, hoy quiero soñar que estarás aquí, junto a mi, porque esta realidad no me gusta a pesar de ser mejor que soñar. Pero quiero escapar, escapar al principio y volverte a abrazar y hacer desaparecer a un mundo entero de un sólo parpadeo.

Sólo quiero ver tus ojos mientras te beso, sólo quiero que el tiempo nos regale un día para perderlo.




Dame ese día Señor del Tiempo.


14 febrero 2014

Complicado amor






Soneto 132


¿Si no es amor, qué es entonces lo que siento?

mas, si es amor, por Dios ¿de qué sustancia y cualidad?;

si buena, ¿de dónde proviene el áspero mortal efecto?,

si mala, ¿de dónde la dulzura de todo tormento?.

Si por mi deseo ardo, ¿de dónde vienen el llanto y el lamento?

si es a mi despecho, ¿qué vale la queja?.

¡Oh viva muerte, oh deleitoso mal!

¿cómo puedes tanto en mí, si yo no lo consiento?

Y si lo consiento, grave error es dolerme.

Entre vientos tan contrarios, en frágil barca

me encuentro en alta mar y sin gobierno,

tan leve de saber, de error tan cargada,

que yo mismo ni sé qué es lo que quiero,

y tiemblo en pleno estío, ardo en invierno.





Petrarca

09 febrero 2014

Dime...





Mírame, mírame y dime....
Que a pesar de todas las malas noticias que oigo cada día,
Que aún sabiendo lo difícil que puede resultar para algunos simplemente sobrevivir,
Que a pesar de todas las injusticias que me quedan por ver,
Que con tanta intolerancia, con tanto egoísmo a mi alrededor,
Dime que aún así, vale la pena vivir.







24 enero 2014

Llueve








Llueve… mmmm, un día perfecto. Necesito mojarme, salir y empaparme. Necesito el agua de lluvia como el agua del mar. Me da vida, me impregna de sus olores, me refresca, me encuentro bien cuando camino bajo ella, es una sensación especial la que siento. La lluvia me purifica, hace que respire mejor, mas hondo.

 Todos mis sentidos despiertan. 

Desde pequeña ya me gustaba mojarme, chapotear en los charcos aún sabiendo que cuando llegara a casa, la reprimenda era segura, pero me valía la pena. Olvidar adrede el paraguas en clase o en casa para así tener una buena excusa y ponerme hecha una sopa. Me encantan las pompas que se forman en el suelo cuando llueve fuerte. Una vez, y esto es muy cierto, tendría yo alrededor de siete años, vi caer renacuajos del cielo. Se llenó la calle en cuestión de segundos de pequeñas ranitas, que no paraban de saltar sobre el agua caída.
Y quién ha dicho que un día de lluvia es un día gris…Pero si es el más colorido de todos! Sólo tienes que mirar a tu alrededor y verás lo alegres que resultan los patios de los colegios y las calles con los impermeables o los paraguas que parecen lunares de colores vistiendo toda la ciudad.

Me gusta salir, después de un buen chaparrón, por el campo a buscar caracoles. Oler a tierra mojada, a hierba como recién cortada, oler mi pelo húmedo. Y mirar de vez en cuando al cielo para ser la primera en darme cuenta de que ha salido el arco iris.

¿He dicho ya que me gusta la lluvia?